Dentro del recorrido lineal que nos invita a conocer la Galeria Guemes aparecen ciertos elementos que surgen, se añaden, despegan, acotan o expanden nuestro paseo y permiten que centremos tan solo por un instante o por un buen rato nuestra mirada en ellos. Personas u objetos que señalan, marcan, insinuan o desplazan, porque no, nuestras intenciones.
A veces no los percibimos, o no dejamos que nos perciban. Algunos se encuentran inmóviles dentro del espacio físico de la galería otros van cambiando a medida que el tiempo pasa sobre ellos. Una vidriera que actualiza su marca, una persona que olvida su celular en el auto y gira inesperadamente chocando contra nosotros. Miles, casi infinitas, son las posibilidades de encontrarnos desviados de nuestro rumbo hacia esa meta.
Nuestra mirada se concentra en ese punto que por un instante desata en nuestra cabeza una sucesión de pensamientos (inconscientes seguramente) que nos dan una perspectiva clara de hacia donde ir, por donde avanzar, cual es el mejor camino.
Ya sean grandes espacios que nos amplían la escala
o pequeñas intervenciones en el solado estos elementos (la gran mayoría diseñados a propósito por nosotros) nos aportan al menos algún tipo de emoción o sentimiento y permiten que continuemos con nuestro camino....o no.
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